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Esta tarta la hice cuando estaba haciendo mermelada de albaricoque. Aparté los ejemplares más bonitos porque me acordé que en algún sitio vi una receta que me llamó la atención. Es muy sencilla, se hace en un abrir y cerrar de ojos y tiene la ventaja de no tener que estar estirando la masa... lo que me alegró bastante. Así que no os entretengo más. Si encontráis aún albaricoques hacedla, aunque también se puede hacer con otro tipo de fruta.
Ingredientes (para un molde de 26 cm de diámetro):
• 100 g de mantequilla
• 3 huevos
• 20 g (!) de azúcar glas (azúcar en polvo)
• 100 g de miel (si es de lavanda, mejor)
• 220 g de harina de almendra (almendra molida)
• 80 g de harina
• medio sobre de levadura en polvo
• 1 cuchara sopera de flores secas de lavanda
• unos 10 albaricoques
Modo de preparación:
Lavamos los albaricoques, los partimos por la mitad, deshuesamos y reservamos. ponemos el horno en marcha a 180 grados que se vaya calentando. Batimos los huevos con una batidora eléctrica. Añadimos la miel, el azúcar y seguimos batiendo hasta que esté blanquecino y espumoso. Mezclamos la harina de almendras con la harina normal y la levadura y vamos incorporando la mezcla poco a poco a los huevos. Echamos también las flores de lavanda (machacadas anteriormente en le mortero). Finalmente vamos incorporando la mantequilla derretida pero no caliente. Engrasamos el molde con un poco de mantequilla y espolvoreamos con harina. Echamos la masa y ponemos sobre ella los albaricoques boca abajo. Tapamos con papel albal y horneamos a 180 grados durante 40-45 minutos (depende de cada horno). Cuando falta un cuarto de hora para terminar quitamos el papel albal. Dejamos enfriar la tarta y espolvoreamos con azúcar glas. Esto es todo. ¡Que aproveche!
Esta receta la vi en "foto e fornelli".
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