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Los malloreddus - también llamados gnocchetti sardi - son originarios de Cerdeña. Los descubrí en el blog húngaro Chili & Vanília y como soy forofa a las pastas tuve que hacer un pedido inmediatamente. A primera vista no tienen nada especial (a no ser por su aspecto, que en casa por primera vez me preguntaron si había cocinado "larvas") podríamos decir que es un tipo de pasta más, sin embargo esta superficie rallada hace que se le peguen tan bien las salsas que prácticamente las absorbe. Esta receta en sí es bastante simple, sin embargo unos pequeños cambios en la elaboración de la salsa hacen que sea diferente de la tradicional pasta con salsa de tomate.
Ingredientes (para 2 personas):
• 200 g de malloreddus (u otra pasta que absorbe bien la salsa)
• 500 g de tomates pera mini• 2 dientes de ajo
• aceite de oliva virgen extra
• queso de oveja curado rallado
• orégano
• sal
Ponemos agua a hervir en una olla. Mientras, lavamos los tomatitos y les hacemos un corte (no muy profundo) en forma de cruz. Cuando el agua rompa hervir sumergimos los tomates unos 15-20 segundos. Los sacamos con una espumadera, dejamos enfriar y los pelamos. Los ponemos en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado. Pelamos los ajos, los prensamos (o machacamos) y mezclamos con aceite de oliva. Con esta mezcla regamos los tomates y los metemos al horno precalentado a 180 grados durante 15-20 minutos. Mientras, cocemos la pasta al dente en agua salada. Cuando los tomates estén listos, los echamos en una sartén (reservamos algunos enteros) y los aplastamos un poco con un tenedor (cuidado, que salpican!), echamos un poco de aceite y salamos. Añadimos la pasta cocida rallamos bastante queso de oveja encima y calentamos todo bien. Al servir decoramos con los tomatitos enteros, espolvoreamos con orégano y echamos un chorrón de aceite de oliva. ¡Que aproveche!
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