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Creo que a estas alturas no hace falta explicárselo a nadie qué son las crepes, también llamadas filloas en algunos países. Las crepes pueden ser tanto un postre como un plato riquísimo, ya que se pueden preparar dulces o saladas. Hay infinidad de posibilidades para rellenarlas. Son muy fáciles de preparar, o sea que nadie se asuste, no hace falta ser un súper cociner@ para prepararlas. Cuando era niña, en mi casa no era costumbre de hacerlas saladas, pero como postre después de p. ej. un buen plato de gulash... mmmm. Mi madre no daba a basto de hacerlas. Las rellenábamos con mermelada (casera por supuesto), nueces, canela, cacao,... yo qué sé. Pero me acuerdo que el relleno no va más era, el requesón. Me encantaba. Hoy en día también suelo prepararlas, pero ahora las hago de una manera digamos, más sofisticada.
Creo que a estas alturas no hace falta explicárselo a nadie qué son las crepes, también llamadas filloas en algunos países. Las crepes pueden ser tanto un postre como un plato riquísimo, ya que se pueden preparar dulces o saladas. Hay infinidad de posibilidades para rellenarlas. Son muy fáciles de preparar, o sea que nadie se asuste, no hace falta ser un súper cociner@ para prepararlas. Cuando era niña, en mi casa no era costumbre de hacerlas saladas, pero como postre después de p. ej. un buen plato de gulash... mmmm. Mi madre no daba a basto de hacerlas. Las rellenábamos con mermelada (casera por supuesto), nueces, canela, cacao,... yo qué sé. Pero me acuerdo que el relleno no va más era, el requesón. Me encantaba. Hoy en día también suelo prepararlas, pero ahora las hago de una manera digamos, más sofisticada.
Os animo que las probéis, no os van a defraudar.
• 1 huevo
• 5 cucharas soperas de harina
• una pizca de sal
• agua con gas (aprox. 200 ml)
• 2 cucharas soperas de aceite de girasol
Para el relleno:
• 250 gr de requesón (o ricotta)
• 2 huevos
• 2 cucharas de azúcar
• 1 sobrecito de azúcar avainillado
• ralladura de cáscara de limón
Modo de elaboración:
En un recipiente ponemos el huevo, una pizca de sal y lo batimos. (Preferiblemente con batidora eléctrica.) Echamos la harina y un poco de agua con gas. Cuando tenga la consistencia de una bechamel espesa, lo batimos muy bien para que no quede ni un grumo. A continuación echamos el resto de agua con gas, hasta obtener una masa homogénea, que no debe quedar ni muy espesa, ni muy líquida. Al final echamos 2 cucharas de aceite de girasol y mezclamos, ya sin batir. Dejamos reposar en la nevera media hora.
Mientras la masa reposa, hacemos el relleno. Separamos las yemas de las claras y las batimos bien con una cuchara de azúcar, hasta que queden bien blanquecinas. Entonces añadimos el requesón (pasado previamente por el pasapurés), el azúcar avainillado y la ralladura de limón. Seguimos batiendo, hasta homogenizar todo. Después en otro recipiente batimos las claras con una cuchara de azúcar, hasta conseguir un merengue firme. A continuación lo echamos al requesón, y lo mezclamos todo suavemente, con movimientos envolventes. Sólo nos queda hacer las crepes. Calentamos una sartén (aprox. 20 cm de diámetro) en el fuego fuerte, con una cuchara de aceite de girasol. Cuando esté humeando (pero no quemándose), echamos como un cucharón (de servir sopa) de masa y la repartimos para que ocupe toda la base de la sartén. Procuremos hacer unas crepes lo más finas posibles. Una vez dorada la capa de debajo de la crepe, la despegamos con ayuda de una espátula y le damos la vuelta para dorar la otra cara. Debemos repetir la operación de engrasar la sartén con cada crepe. Cuando se termina la masa, sólo nos queda rellenar las crepes y.... ¡a disfrutar!
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