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· 200 g de mantequilla fría
· 100 g de azúcar
· una pizca de sal
· 1 vaina de vainilla
· 1 huevo batido
Preparación:
El año pasado también hice unas galletas
parecidas a estas, llamadas “linzer”, con la diferencia que las otras llevaban
almendra molida lo que dificultó bastante el manejo de la masa por lo tanto
este año (2012!) opté por otra receta que es bastante más sencilla pero las
galletas son igual de deliciosas. Popularmente se llaman galletas 3:2:1 por la
proporción de los ingredientes principales.
Ingredientes:
·
300 g de
harina· 200 g de mantequilla fría
· 100 g de azúcar
· una pizca de sal
· 1 vaina de vainilla
· 1 huevo batido
Preparación:
1.
En un bol mezclamos
la harina tamizada con una pizca de sal.
2.
Añadimos la
mantequilla fría cortada en daditos y desmenuzamos con movimientos rápidos (o
echamos todo en el robot de cuchillas)
3.
Raspamos la
vaina de vainilla abierta, mezclamos las semillas con el azúcar y echamos a la
harina.
4.
Finalmente
incorporamos el huevo batido y amasamos con los dedos hasta que se integren
todos los ingredientes.
Truco nº 1: Nos interesa manosear la masa lo menos
posible para que la mantequilla no se derrita mucho, porque las galletas se
deformarán con más facilidad en el horno.
Truco nº 2: Conviene estirar la masa en forma de
cuadro o rectángulo que tenga un grosor de un dedo, envolverla en film y dejar
en la nevera una hora.
Truco nº 3: Al sacar la masa del frigo partirla en
dos y mientras trabajamos una mitad, la otra volver a meterla a la nevera.
Truco nº 4: Estirar la masa entre dos capas de
film a un grosor de 3 mm, evitando así el enharinado continuo de la superficie
donde se trabaja, ya que no conviene que la masa coja mucho más harina.
Cortar las formas con cortagalletas, que haya unas
enteras y otras con un agujero en medio a partes iguales e ir poniéndolas a la
bandeja de horno forrada con papel de hornear. Amasar y estirar los restos de
la masa y seguir hasta que se acabe. Hacer lo mismo con la otra mitad.
Hornear 8-10-12 minutos (depende de cada horno) en
el horno precalentado a 180 grados. No dejar dorarlas mucho, conviene que
queden blanquitas.
Cuando se enfrían, untar las partes enteras con
mermelada - la que hay en casa, a mí me gustan más ácidas: naranja, grosella
(roja, negra) - y pegarles la otra parte con agujero. Finalmente espolvorearlas
con azúcar glas. Aguantan mucho tiempo en un recipiente cerrado...aunque suelen “desaparecer”
en tiempo récord. J
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