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lunes, 10 de septiembre de 2012

POLLO GUISADO CON ÑOQUIS Y ENSALADA DE PEPINOS

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La verdad es, que últimamente no hago platos de mi tierra con mucha frecuencia, pero el otro día - trajinando en Facebook - de sopetón me encontré de enfrente con una foto de pollo guisado “a la húngara” que se me hizo la boca agua. No tuve escapatoria, tenía que hacerlo. J  
Es un clásico de la gastronomía húngara pero esta vez lo hice de manera un poco diferente. Este es el plato que los extranjeros suelen llamar gulash pero que no lo es. Es un guisado de carne (de cualquier tipo) que se suele acompañar de una especie de ñoquis muy típicos en Hungría que son diferentes a los ñoquis italianos. De hecho hay un aparato, una especie de “pasañoquis” pero si un@ no tiene este utensilio también se los puede ingeniar. La masa básica de estos ñoquis se hace de huevos y harina, pero se puede enriquecer a gusto del consumidor. Yo le suelo añadir una cuchara de nata ácida (o crème fraiche) por cada huevo. Me resultan así más suaves sin llegar a ser blandengues. Esta vez como tenía un buen manojo de eneldo fresco en la nevera, piqué un puñado (como dos cucharas soperas) y se lo añadí también a la masa. Como así los ñoquis iban a ser un poco diferentes se me ocurrió hacer el guiso también de manera diferente. Normalmente se prepara en el fuego, en verano incluso es costumbre hacerlo al aire libre sobre fuego vivo. Yo esta vez en vez de hacerlo en el fuego lo hice en el horno. El resultado ha sido espectacular. Volviendo un poco a los ñoquis, si alguien no quiere hacerlos puede cocer cualquier tipo pasta corta para acompañar, o si no le gusta la pasta también puede hacer de guarnición patatas cocidas. De hecho si el guiso se hace de ternera, cordero o venado, se suele acompañar con patatas cocidas. Pero vamos a poner manos a la obra.
Pollo guisado “a la húngara”

Ingredientes (para 4-5 personas):
·         1 pollo aproximadamente de 1,5 kg si es campero mejor (yo lo hice de la mitad de un pollo de 2,5 kg)
·         1 loncha fina (4-5 mm) de tocino/tocineta/o lacón ahumado (opcional)
·         1 cebolla grande
·         4 dientes de ajo
·         ½ cuchara sopera de pimentón dulce (o paprika)
·         1 cucharita de café de comino molido
·         1 cucharita de café de mejorana
·         sal, pimienta negra recién molida
·         1 lata (300 g) de tomate fresco, pelado y troceado  
·         1 pimiento italiano pequeño
·         3 tomates enteros secos (o seis mitades)
·         sal, pimienta

Para los ñoquis:
·         3 huevos grandes
·         3 cucharas soperas de nata ácida (o crème fraiche)
·         1 cucharita de sal
·         2 cucharas soperas de eneldo fresco picado (opcional) o se puede sustituir por perejil
·         harina

Modo de preparación:

1.     Cortamos la corteza del tocino y lo cortamos en dados pequeños (bueno, no a este trozo de la foto, sólo a una loncha). Ponemos en una cacerola de hierro y lo tostamos en el fuego hasta que suelte la grasa (cuidado de no quemarlo). ¡No añadir aceite!
 
 
2.     Picamos la cebolla y la echamos a la cacerola. Cuando la cebolla esté dorada, echamos también el ajo picado. Le damos unas vueltas y apartamos del fuego.
 
 
3.     Dejamos enfriar un poco y espolvoreamos con el pimentón. Mezclamos y añadimos el pollo limpio y troceado. Echamos por encima el comino y la mejorana, salpimentamos, mezclamos y volvemos a poner sobre el fuego. ¡No añadir ni una gota de agua!
 
 
4.     A fuego medio dejamos que el pollo suelte y consuma su propio jugo. Importante no tapar la cazuela.
5.     Cuando apenas queda líquido, pasamos el pollo de la cacerola a una olla apta para el horno que tenga tapa (puede ser de barro o de cristal).
 
 
6.     Añadimos el tomate, el pimiento cortado en trozos y los tomates secos.
 
7.     Tapamos la olla y la ponemos al horno (a media altura) precalentado a 200 grados. Dejamos aproximadamente 1,5 horas. De todos modos pasada una hora se puede sacar la olla y comprobar si la carne esté hecha o no. Debe quedar tierna. Si el pollo era grasiento en este momento también podemos desengrasar el guiso.
 
 
8.     Cuando al pollo ya le falta poco, ponemos agua abundante a calentar en una olla.
9.     Mientras, cascamos los huevos en un bol, echamos la nata ácida, sal y eneldo. Mezclamos bien con un tenedor y vamos echando harina poco a poco, mezclando con una cuchara de madera hasta conseguir un espesor que apenas pase de ser líquido. Tiene que ser una masa bastante blanda como se ve en la foto. Es importante no trabajarla mucho, no importa si se queda grumosa.
10.  Cuando el agua esté hirviendo a borbotones le echamos sal, ponemos el “pasañoquis” encima de la olla y echamos una cantidad razonable de masa para que no salga fuera, y con la espátula vamos pasando delante-atrás, cortando así la masa que va cayendo al agua.

 
 
11.  Como es una masa muy blandita enseguida se cuece. Cuando terminamos con una tanda, quitamos el “pasañoquis” y con una cuchara de madera mezclamos los ñoquis (que deben estar todos flotando) para que no se peguen. En un bol grande ponemos agua fría y con una espumadera (o un escurridor pequeño) sacamos los ñoquis y los pasamos al agua fría.

 
12.  Terminamos con el resto de la masa (esta cantidad en 3 o 4 tandas está lista) y dejamos los ñoquis escurriendo.
13.  Ponemos en una sartén grande un poco de aceite, vertemos los ñoquis encima, recalentamos (o también los podemos calentar en el microondas) y servimos con el guiso.

 









Es muy típico servir este plato con una ensalada de pepinos con nata ácida. Os dejo los ingredientes por si alguien quiere probarla:

·         pepinos
·         nata ácida
·         sal, pimienta
·         vinagre de vino blanco
·         pimentón dulce
·         un diente de ajo pequeño (opcional)

Se pelan los pepinos y se cortan en rodajas finas en un bol y se les echa bastante sal.
 
 
Se dejan así media hora.
 
 
Pasado este tiempo se escurren apretando con las manos bien y se echan en otro bol. Se les echa el ajo rallado (si se quiere), pimienta recién molida, un poco de vinagre, una cantidad generosa de la crema ácida y se mezcla bien. Hay que probar y si fuera necesario echar un poco más de sal o vinagre (a gusto de cada) pero no deben quedar muy ácidos. Al servir la ensalada se espolvorea con un poco de pimentón dulce. 
 
 
Nota: sustituyendo el aparato "pasañoquis" se puede echar la masa en un plato llano y con una cuchara ir echando ñoquis al agua poco a poco. Así es un poco más lento el proceso y nos salen más irregulares pero hay quien le gustan mucho más estos ñoquis más rústicos. :-)

miércoles, 22 de febrero de 2012

PASTA “STRACCI” DE REMOLACHA CON SALSA DE GORGONZOLA Y NUECES E HINOJO / CÉKLÁS “RONGYOSTÉSZTA” (STRACCI) DIÓS GORGONZOLAMÁRTÁSSAL, ÉDESKÖMÉNNYEL

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Esta receta la vi en uno de mis libros de recetas favoritos y me pareció tan interesante que enseguida pensé, un día la voy a preparar. Pues desde entonces ha pasado ya bastante tiempo. Pero hace como dos semanas la volví a ver y decidí que ha llegado el tiempo. Por supuesto justo ese día no encontré en la tienda remolacha cruda, así que la compré cocida (porque el asunto no podía esperar más). Esto es algo muy característico en mí. Cuando quiero algo, lo quiero pero YA. Pues aquella pasta no es que no estuviera bien, pero color no tenía mucho. Poco se parecía a aquella que vi en el libro. Ya sabía entonces que aquello no voy a poner en el blog. Pero el asunto no se podía quedar en eso. Cuando conseguí remolacha cruda, puse manos a la obra otra vez y ahora sí que salió como Dios manda. Aquí tenéis la receta:

Ingredientes (para 2 personas):

Para la pasta:

·         100 g de harina
·         80 g de remolacha asada al horno
·         sal

Para la salsa:

·         1 puerro
·         80 g de queso gorgonzola
·         200 ml de nata
·         sal, pimienta
·         un puñado de nueces limpios
·         hojas de hinojo fresco, picado

Esta pasta hay que prepararla cuando tenemos pensado hacer una cantidad considerable de remolacha asada (porque no vamos a asar 80 gramos). La remolacha asada es muy saludable y se puede utilizar en un montón de recetas ya sean ensaladas, cremas, guarniciones etc. Primero forramos una bandeja de horno con papel de aluminio, de manera que sobresalga bastante por los lados, ya que con esta parte cubriremos la remolacha, haciendo así una especie de paquete. Pelamos la remolacha y si es grandota la cortamos en trozos regulares. La ponemos en la bandeja, salpimentamos, regamos con vinagre balsámico, aceite de oliva y una cuchara sopera de miel. Mezclamos un poco para que esté embadurnada por todos los lados y echamos encima unas hojas de romero. Cerramos el “paquete” y horneamos a 200 grados unos 35-40 minutos. Podemos pinchar a través del papel, y si el tenedor o pincho entra fácilmente, está lista. Sacamos del horno y dejamos enfriar.


Mientras, preparamos los ingredientes para la pasta. Tamizamos la harina y la ponemos en un bol. Echamos una cucharadita de sal y mezclamos. Cuando la remolacha ya está fría medimos 80 gramos y la machacamos con la miniprimer hasta obtener un puré. Mezclamos con la harina y amasamos hasta que se haga una bola elástica y lisa. Entonces la envolvemos en film transparente y metemos a la nevera al menos 30 minutos. Mientras pelamos las nueces y las picamos con un cuchillo rudamente. Pelamos y picamos el puerro y lo ponemos a pochar a fuego muy lento. Ponemos agua abundante a calentar para la pasta. En una superficie enharinada extendemos la masa bien fina con un rodillo (podéis utilizar maquina, pero yo para tan poca cantidad no la ensucio) la cortamos con un cortapastas en tiras de 10-12 cm y las tiras en triángulos.


En este momento el puerro ya estará pochado. Incorporamos el queso y la nata, salpimentamos y dejamos hervir a fuego muy suave. Echamos sal al agua hirviendo y echamos la pasta. Ojo, que la pasta fresca se cuece enseguida. En cuanto sube a la superficie, la sacamos con una espumadera y añadimos directamente a la salsa. Mezclamos y servimos enseguida. En el plato espolvoreamos con hojas de hinojo picado. ¡Una delicia!

     
Esta receta la vi en el libro “PASTA ¡que pasión!”

domingo, 18 de septiembre de 2011

CARAMELOS MEDITERRÁNEOS / MEDITERRÁN CUKORKÁK

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Si os digo que me chifla la pasta no he descubierto nada especial. Creo que hay muchísima gente a la que le gusta. Sin embargo ya son mucho menos los que se toman la molestia en preparar pasta casera con sus propias manos. Lo admito que yo también tengo que mejorar mucho aún en este campo, pero me estoy aplicando con diligencia. Tantas veces vi en mi casa a mi madre preparar pasta casera, cómo la amasaba y luego estiraba con rodillo (¡no con máquina!) y lo hacía con una soltura como si eso fuera la cosa más fácil del mundo. Sin embargo es un trabajo que exige mucho esfuerzo.
Pues yo también tengo mis intentos. Reconozco que había más de una vez cuando dije...¡nunca más!... pero los fracasos son para aprender de ellos y volver a intentar. De todos modos nunca me ha salido tan mala como para no poder comerla, pero el asunto aún puede (y debe) mejorar. Pero esto es cuestión de practicar más.
De la receta de hoy me llamó más la atención de lo bonita que queda y no tanto en lo buena que puede resultar. Aunque el relleno está hecho de cosas muy buenas no le presté mucha atención - estaba tan inmersa en formar bien los caramelitos - hasta que probé el primer bocado. Se detuvo el tenedor en mi mano y sólo pude decir...mmmm... (aunque con la boca llena poco más se puede decir). Curiosamente esta vez nadie habló durante el almuerzo, todos estaban zampando en silencio los caramelos, sólo a veces se oía algún... mmmm. Bueno, no os tengo más en ascuas, mejor os cuento la receta.

Ingredientes (para 4 personas):

Para la pasta:

• 400 g de harina
• 4 huevos
• sal

Para el relleno:

• 250 g de mozzarella de búfala (dos bolas)
• 60 g de tomates cherry
• 150 g de jamón cocido
• 100 g de requesón
• 2 filetes de anchoas
• 2 cucharas soperas de queso manchego curado rallado
• 1 cuchara sopera de pan rallado
• unas hojas de albahaca fresca
• unas hojas de menta fresca
• sal, pimienta recién molida

Para la salsa:

• aprox. ½ kilo de tomate pera
• 1 cebolla mediana
• menta fresca picada
• albahaca fresca picada
• orégano
• aceite de oliva virgen extra
• sal

Aquí tengo que mencionar que de algunos ingredientes (ingredientes de la pasta, mozzarella, jamón, requesón) yo sólo tomé la mitad y comimos 4 personas estupendamente. Así que cada cual coja la cantidad de los ingredientes, según le parezca.


Modo de preparación:

Primero mezclamos los ingredientes de la pasta en un bol (los más habilidosos directamente en la tabla de amasar) y los amasamos enérgicamente hasta obtener una masa elástica y lisa. A continuación modelamos una bola y la envolvemos con film transparente. Dejamos reposar durante media hora.
Mientras, preparamos el relleno. Hacemos un corte en los tomates cherry y los echamos en agua hirviendo. A cabo de unos segundos(!) los sacamos y les quitamos la piel. Cortamos todo en trozos pequeños (mozarella, jamón, anchoas, tomates), picamos la albahaca y la menta y lo echamos en un bol. Añadimos el requesón, el queso de oveja, el pan rallado, salpimentamos y mezclamos todo bien.


Reservamos y procedemos a hacer la salsa. En una sartén pochamos la cebolla picada y a continuación echamos los tomates pera pelados y troceados. Salamos y dejamos que se haga a fuego suave unos 15-20 minutos. Al final le añadimos la menta y la albahaca picada y reservamos.
Ahora estiramos la masa con rodillo o con maquina cada uno que elija la opción que quiera. No es necesario estirarla muy fina (hasta la posición 7 en la maquina). Luego la cortamos con cuchillo o cortapastas en rectángulos de 6x7 centímetros. A cada uno le ponemos una cucharada de relleno, enrollamos, y a los lados del relleno apretamos un poco para que tenga forma de caramelo. Los vamos poniendo en una superficie enharinada hasta terminar.


Luego los cocemos en agua salada hirviendo, teniendo cuidado de no echar muchos a la vez.


Mientras, recalentamos un poco la salsa y la echamos por encima de los caramelos ya en el plato. Espolvoreamos con un poco de orégano y listo. Yo que soy forofa del queso parmesano os pido que por favor no echéis parmesano por encima porque enmascara el sabor del relleno y sería una pena. 
¡Que aproveche!


Esta receta la saqué del libro: "PASTA ¡qué pasión!"



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