lunes, 18 de abril de 2011

TARTA DE TIRAMISÙ

Ez a recept megtalálható magyarul itt.

Esta tarta la hice la semana pasada para el cumpleaños de una amiga. Reconozco que hacerla me puso un poco nerviosa por dos motivos. Primero, porque nunca he hecho queso mascarpone casero y no sabía si el asunto me iba a salir bien o no. Y el segundo motivo era, porque, aunque ya hice tiramisú otras veces, pero nunca lo he hecho como una tarta. La versión (mi versión) normal es hacerlo en una fuente rectangular y cuando esté listo, cortar y servir. Es verdad que da lo mismo montar las capas en forma rectangular o redonda, pero esta vez tuve que darle la vuelta a la tarta y esto me daba un poco de grima. Como la capa de bizcocho del tiramisú no es entera (como en caso de una tarta normal), sino se compone de trozos, me veía el día del cumpleaños (porque la tarta la hice el día anterior) con aquello esparramado por toda la cocina... ¡Dios! Pero bueno, la que no arriesga, no gana. La noche anterior - con la tarta reposando en la nevera - me encomendé a Dios y que sea lo que tenga que ser. Y creo me escuchó... porque todo iba fenomenal. Vamos, me sorprendí hasta a mí misma. Y ahora os voy a contar como hacerla.

Ingredientes para el queso mascarpone:

• 1,5 l de nata para montar (Cuanto más grasa, mejor. Yo utilicé asturiana que tiene 35,1% de grasa) De esta cantidad sale aprox. un kilo de queso.
• 3 cucharas soperas de zumo de limón natural

Ingredientes para la tarta (para un molde de 26 cm de diámetro):

• 1 kg de queso mascarpone
• 600 g de bizcocho de soletilla o savoiardi (Yo utilicé bizcocho Fontaneda, un paquete pesa 450 g)
• 300 ml de café largo (aguado)
• 150 ml de licor de AMARETTO DISARONNO (¿Sabíais que se llama DISARONNO porque es de un pueblo que se llama Saronno? Yo no sabía... que ignorancia la mía.)
• 6-7 yemas de huevo (dependiendo del tamaño del huevo)
• 5 cucharas soperas de azúcar glass
• cacao en polvo sin azúcar (si es posible holandés)
• 8 fresas medianas (procurad escogerlas de tamaño igual)
• almendra fileteada

Elaboración del queso mascarpone:

Ponemos la nata en un recipiente a calentar al baño María. (Para los que no sepan, el “baño María” consiste en la cocción o el calentamiento de un alimento dentro de un cazo. Este cazo, a su vez, se sumerge en un recipiente de mayor tamaño que contiene agua que se llevará o que ya está en ebullición. De esta manera, el alimento se cocina por medio del agua caliente y no por el calor directo proveniente de la cocina. Asimismo, se confiere una temperatura uniforme al alimento, ya sea sólido o líquido, para calentarlo lentamente.) La removemos de vez en cuando con una cuchara de palo. La nata tiene que llegar a unos 80-85 grados. Haced la prueba con el dedo meñique, y cuando os está quemando, estará lista. Entonces le echamos las tres cucharas de zumo de limón y seguimos removiéndola. La dejamos unos cinco minutos más. Mientras, ponemos una gasa u otra tela blanca en un colador, y el colador lo ponemos encima de un bol. Cuando al remover la nata, esta ya tiene el espesor de una salsa líquida (se pega un poco a la cuchara), entonces está lista. La vertemos en el colador. (En este momento también hubo mucha expectación por mi parte, porque pensé que aquel líquido iba a terminar en el bol de abajo. Pero curiosidades de la vida,... ni una gota. Se quedó todo en la gasa en el colador.) Esperamos a que se enfríe y la metemos tal cual a la nevera. (¡No se quita el bol de abajo!) Pasadas 24 horas tenemos el queso mascarpone casero hecho. (Como nunca antes había hecho algo así, me pareció un milagro. Tenía un queso cremoso, de una textura untuosa que nada tenía que ver con el que compraba antes. Esto sí, en el bol de abajo había como tres dedos de suero de leche escurrido.) Bueno, el queso ya lo tenemos. Creedme, merece la pena hacerlo en casa porque el resultado es espectacular.

Elaboración de la tarta:

1.) Preparamos un café fuerte (yo hice café como para tres tazas) y lo diluimos con agua para llegar a 300 ml. Lo reservamos.

2.) Ponemos agua a hervir en una cazuela al que le quepa encima un bol y a la vez preparamos otro recipiente más bien bajo, con agua helada (yo le echo unos cuantos cubitos de hielo). Entonces vamos rompiendo los huevos y separamos las yemas de las claras. Las claras no las vamos a utilizar, se pueden guardar en la nevera, incluso se pueden congelar. Las yemas las echamos en un bol. Cogemos unas varillas, deshacemos las yemas, ponemos el bol al baño María y lo mantenemos allí unos 2 minutos removiendo las yemas constantemente para que no cuajen. Esto se llama pasteurizar el huevo. Pasados los dos minutos, sacamos el bol y lo metemos en el agua helada. Seguimos removiendo con las varillas otros dos minutos. Es tiempo suficiente para que las yemas se enfríen.

3.) Sacamos el bol del agua. Echamos el azúcar glass a las yemas y con una batidora eléctrica las batimos hasta obtener una crema firme, espesa y blanquecina. Lleva su tiempo, pero paciencia.

4.) Incorporamos el queso mascarpone y seguimos batiendo hasta obtener una crema fina. La metemos a la nevera media hora.

5.) Desmontamos el molde de la tarta, tapamos la base con papel de aluminio como si la forraramos sólo por un lado y volvemos a montarlo. Así la tarta no se pegará directamente a la base y el papel de aluminio luego lo podemos quitar fácilmente.

6.) Mezclamos el licor con el café.

7.) Vamos poniendo la primera capa de bizcochos, mojándolos primero en el café. (Con mojar quiero decir, sumergir y sacar. ¡Ni se os ocurra dejarlos más de un segundo en el líquido porque se os harán una papilla! Tened en cuenta que también absorberán humedad de la crema.)

8.) Cuando esté puesta la primera capa bien apretadita (podéis partir los bizcochos sin miedo, para que no quede ni un hueco sin tapar) echamos el tercio de la crema y la extendemos. Entonces cogemos el molde y con cuidado (!) damos unos golpecitos a la mesa o encimera, para que la crema asienta bien.

9.) Ahora viene la segunda capa, pero esta vez vamos poniendo los bizcochos perpendicularmente a la primera capa. (¡Espero que os acordéis como pusisteis la primera!)

10.) Echamos otro tercio de la crema, la extendemos, y otra vez damos unos golpecitos con cuidado.

11.) Para terminar ponemos una tercera capa de bizcochos perpendicularmente a la segunda. Hasta aquí listos. Tapamos con film transparente el molde, metemos la tarta y el resto de la crema a la nevera y... hasta mañana. Ya veis que es una tarta que se hace en tres fases. O sea, que yo empecé a hacerla dos días antes del cumpleaños.
(Fue en esta noche cuando me encomendé a Dios. :-)

12.) Al día siguiente sacamos la tarta del frigorífico, le quitamos el film y con un cuchillo cuidadosamente despegamos los lados de la tarta del molde. Ahora la tapamos con una base bonita (puede ser también una fuente redonda), y le damos la vuelta. Desabrochamos el molde y sacamos el aro con cuidado. Quitamos también la base y retiramos cuidadosamente el papel de aluminio. (Y la tarta se quedó entera. ¡Eureka!)

13.) Ahora ponemos trozos de papel de aluminio alrededor de la tarta, para no manchar la base, y la untamos por arriba y los lados con la crema restante. Volvemos a meterla tal cual un rato (15 min.) más a la nevera.

14.) El siguiente paso es, marcar las porciones. Para esto cortamos 8 trozos de una cuerda fina (para marcar 16 raciones) de una largura que atraviese la tarta y vamos poniéndolas por encima, hundiéndolas un poco en la crema.

15.) Espolvoreamos la tarta generosamente con cacao y vamos retirando las cuerdas con cuidado. (Tened cuidado de retirarlas en el orden contrario del que las pusisteis, porque si no, estropeáis la tarta.) Reconozco que es un juego de paciencia, pero con cariño todo se consigue.

16.) Partimos las fresas (lavadas y secadas) por la mitad y ponemos un trozo en cada porción.

17.) Tostamos ligeramente las almendras fileteadas en una sartén, las dejamos enfriar y cubrimos con ellas los lados de la tarta.

18.) Finalmente quitamos con cuidado los trozos de papel de aluminio del alrededor de la tarta.

Animáos a hacerla, porque el resultado es más que satisfactorio:




La foto del corte de la tarta es regular, pero me doy por contenta por poder hacerla... en medio del cumpleaños.



4 comentarios:

  1. Genial tu receta :) yo también hago mi propio mascarpone sin lactosa. Peto yo monto la nata con el limón y luego la dejo en la nevera. Haciéndola al baño María es mejor?

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    Respuestas
    1. Hola Juanjo,
      Pues no te lo puedo decir si es mejor así o no, porque nunca probé la otra versión. Supongo que serán válidas las dos. Algún día probaré la otra.
      Un beso,
      E.

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  2. Creo que el lunes nada mas abrir las tiendas estaré comprando nata para hacer mi mascarpone. Eva ¡¡ que pasada de tarta.
    Si que es un canto a la paciencia, que no se si estará en mi , jaaaa.
    Bsss Eva desde Almeria

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    1. Suerte Lola, es mucho más sencillo hacerlo que explicarlo. Bss.

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