viernes, 3 de junio de 2011

ESPÁRRAGOS BLANCOS CON VINAGRETA DE MOSTAZA Y HUEVOS ESCALFADOS

Ez a recept megtalálható magyarul itt.




Quiero compartir con vosotros esta receta antes de que se termine la temporada de espárragos blancos. A mí me gustan los espárragos (qué es lo que no me guste a mí...) en todas las formas, ya pueden estar cocidos, fritos, a la plancha o en crema. Me chiflan. Suerte que todo el año se pueden comprar espárragos trigueros, pero espárragos blancos frescos sólo los hay en esta época. Así que cuando los vi en el súper, no me lo pensé dos veces.
Rebuscando en la red encontré una vinagreta muy interesante, así que en un abrir y cerrar de ojos inventé una cena apetitosa que se puede ofrecer también como primer plato si queréis. Os recomiendo probarla.

Ingredientes (para 2 personas):

• un manojo de espárragos blancos (8-10 unidades)
• 4 huevos frescos (ecológicos o de corral)
• 1 cuchara sopera de mostaza de Dijon a la antigua (con granos crujientes)
• 1 cuchara sopera de alcaparras
• 1 cebolla morada mediana
• 1 cuchara sopera de vinagre de vino blanco
• 1 cucharita de café de azúcar
• una pizca de sal
• aceite de oliva virgen extra

Modo de preparación:

Pelamos los espárragos con un pelador de verduras, cortamos la parte baja de los tallos, y los ponemos a cocer al vapor en un cesto de bambú. Mientras, hacemos la vinagreta: mezclamos bien la mostaza con el vinagre, el azúcar y una pizca de sal. A continuación le vamos echando a poquitos el aceite de oliva virgen extra (aprox. 50 ml). Cuando tenemos la mezcla lista, incorporamos la cebolla picada y las alcaparras y reservamos. Cuando los espárragos estén cocidos apartamos la olla del fuego y preparamos los huevos escalfados en agua hirviendo (con vinagre y sal). Ya sólo nos queda servir. ¡Que aproveche!




(Nota: para que los huevos escalfados nos salgan bonitos, el huevo echamos primero en una tacita y de allí lo deslizamos al agua, la cual no debe estar hirviendo a borbotones (¡!). Se deja cocer unos 3-4 minutos. Pasado este tiempo lo sacamos con una espumadera y lo sumergimos en agua fría, cortando así la cocción, para que la yema se quede líquida.
Hay quien dice que hay que formar un “remolino” en el agua y echar el huevo al centro de éste para que salga bonito. La próxima vez probaré este método y os contaré.
De todos modos no pasa nada si el huevo no sale perfecto. Cortamos los hilos del alrededor y ya está. Cuanto más practicamos, más bonito nos saldrá.)

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