Ez a recept megtalálható magyarul itt.
Este postre lo hice hace tiempo cuando me compré el libro “Cocina”. Luego se quedó en el olvido tanto el postre como el libro. Esto pasa cuando una tiene una racha que compra un montón de libros, luego no sabe ni cual coger y así algunos se quedan durante meses sin tocar en el estante. Esto me pasó con este libro a pesar de que lo considero la Biblia de la gastronomía por los consejos que da y trucos que enseña, aparte de las recetas maravillosas que tiene. Pero volviendo al postre ya me gustó mucho la primera vez que lo hice, por lo ligero que es, nada empalagoso. Además te tomas tu vasito y ya está, no hay más. Sin embargo si haces algún bizcocho con chocolate o alguna crema, el peregrinaje entre el salón y la cocina no cesa hasta que no pillas un empacho total.
En fin, esta mañana tuve que bajar al supermercado a coger algunas cositas y vi unas fresas tan apetecibles y además olían a fresas de verdad. No me pude aguantar y compré unas cuantas y mientras estaba cogiendo otras cosas ya estaba pensando que podría hacer con ellas. No es que no se podrían zampar tal cual, pero entonces necesitaba como mínimo un kilo. Y entonces me acordé de este postre y rápidamente volví a la frutería por mango. Pero vamos a lo que vamos que me enrollo mucho.
· 1 cuchara sopera de azúcar
· el zumo de medio limón
· 2 vasitos (2x125 g) de yogur griego (u otro yogur cremoso) sin azúcar
· 100 ml de nata para montar
· 2 hojas de gelatina
Este postre lo hice hace tiempo cuando me compré el libro “Cocina”. Luego se quedó en el olvido tanto el postre como el libro. Esto pasa cuando una tiene una racha que compra un montón de libros, luego no sabe ni cual coger y así algunos se quedan durante meses sin tocar en el estante. Esto me pasó con este libro a pesar de que lo considero la Biblia de la gastronomía por los consejos que da y trucos que enseña, aparte de las recetas maravillosas que tiene. Pero volviendo al postre ya me gustó mucho la primera vez que lo hice, por lo ligero que es, nada empalagoso. Además te tomas tu vasito y ya está, no hay más. Sin embargo si haces algún bizcocho con chocolate o alguna crema, el peregrinaje entre el salón y la cocina no cesa hasta que no pillas un empacho total.
En fin, esta mañana tuve que bajar al supermercado a coger algunas cositas y vi unas fresas tan apetecibles y además olían a fresas de verdad. No me pude aguantar y compré unas cuantas y mientras estaba cogiendo otras cosas ya estaba pensando que podría hacer con ellas. No es que no se podrían zampar tal cual, pero entonces necesitaba como mínimo un kilo. Y entonces me acordé de este postre y rápidamente volví a la frutería por mango. Pero vamos a lo que vamos que me enrollo mucho.
Ingredientes (para 4 vasitos):
·
400 g de
fresas· 1 cuchara sopera de azúcar
· el zumo de medio limón
· 2 vasitos (2x125 g) de yogur griego (u otro yogur cremoso) sin azúcar
Para la mousse:
· 200 g de pulpa de mango· 100 ml de nata para montar
· 2 hojas de gelatina
Lavamos las
fresas, dejamos escurrir, les quitamos el pedúnculo y las troceamos a un bol.
Espolvoreamos con el azúcar, echamos el zumo de limón, mezclamos, tapamos y las
dejamos macerar en la nevera al menos durante dos horas. Cuanto más tiempo
mejor.
Cortamos la pulpa
de mango en trocitos pequeños, echamos al vaso de la batidora y trituramos
bien. Añadimos la nata, mezclamos con una cuchara (ya no se bate) y pasamos por
un colador fino (es muy importante colar ya que el mango tiene mucha fibra y puede
obstruir el sifón). Ponemos las hojas de gelatina en remojo. Cogemos una cuarta
parte del puré y lo calentamos en un cuenco para poder disolver la gelatina.
Luego mezclamos todo y echamos al sifón.
Cerramos, inyectamos el aire, agitamos bien y dejamos enfriar en la
nevera unas dos horas.
A la hora de servir el postre repartimos las fresas en
los cuatro vasitos y ponemos encima el yogur. Agitamos el sifón energéticamente
antes de usar y llenamos los vasitos de mousse. Decoramos con una hojita de
menta y nos damos un gustazo.
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