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Ingredientes (para 2 personas):
• una dorada de un kilo (o dos de medio kilo)
• 500 g de guisantes frescos limpios
• 1 cebolla mediana
• la piel rallada y el zumo de medio limón
• 2 cucharas soperas de menta (o hierbabuena) picada
• sal
• aceite de oliva virgen extra
Ahora que han aparecido en las huertas y en los mercados los guisantes frescos, estos pequeños y tiernos milagros de la primavera, hay que aprovechar la ocasión y hacer platos que lleven guisantes, cuanto más mejor.
A parte de que el guisante es uno de los alimentos más saludables y económicos, les gusta tanto a los niños como a mayores. Se pueden preparar de muchas maneras y son ingrediente de numerosos platos. A mucha gente les gustan los guisantes tiernos crudos, pero tengo que reconocer que es algo superior a mí. No me gustan crudos para nada, ni los guisantes, ni las habas, por muy tiernas que sean. Qué le vamos a hacer... soy así. Pero volvamos a la receta de hoy, que uno de sus ingredientes principales son los guisantes. Así que vamos a ello.
Ingredientes (para 2 personas):
• una dorada de un kilo (o dos de medio kilo)
• 500 g de guisantes frescos limpios
• 1 cebolla mediana
• la piel rallada y el zumo de medio limón
• 2 cucharas soperas de menta (o hierbabuena) picada
• sal
• aceite de oliva virgen extra
Picamos la cebolla y la ponemos en una sartén. Cuando está pochada echamos los guisantes, los salamos y añadimos un poquito de agua. Tapamos y cocinamos los guisantes al fuego lento, añadiéndoles agua a poquitos si fuera necesario. Cuando están cocidos (pero enteros) echamos la ralladura de limón, el zumo y la menta picada. Apartamos. Mientras los guisantes se están haciendo, le ponemos sal y aceite a la dorada y la asamos en el horno a 180 grados, teniendo cuidado para que no se reseque (15-20 min.). Cuando está hecho el pescado, lo limpiamos de pieles, sacamos los lomos y disponemos en una fuente acompañándolos con los guisantes. ¡Más fácil imposible!
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