NUBES DE MANZANA / ALMÁS FELHŐCSKÉK

Ez a recept megtalálható magyarul itt.

En Hungría hay una variedad enorme de dulces y pasteles de manzana. Reconozco que me encantan... mucho más que la manzana en sí (por desgracia), sobre todo la tarta de manzana. Me chifla. Sin embargo la mayoría de las veces prefiero no hacerla por el simple hecho de tener que amasar y sobre todo estirar la masa (es una tarta rectangular). Francamente lo odio. Si no hay más remedio lo hago pero si puedo evitarlo mejor. Por esta razón prefiero hacer (que no es lo mismo que comer) cualquier otra tarta o pastelito cuya masa sólo necesita mezclarse. La receta de hoy la encontré de pura casualidad navegando por la red, ya que tenía algunas manzanas marchitas en la cocina a las que nadie quería comer ya pero tampoco quería tirarlas. Como era poca cantidad para una tarta me puse a buscar en internet a ver si encontraba alguna receta sencilla e interesante. Y tuve suerte... ¡vaya si la tuve! Encontré una receta súper sencilla que no sólo es perfecta para aprovechar la manzana restante sino también nos viene bien para estos momentos cuando nos entra el gusanillo de comer algo dulce pero YA. Como os dije es muy sencilla y se hace en un abrir y cerrar de ojos. ¡Empecémos ya!

Ingredientes (de estas cantidades salen aprox. 25-26 unidades):

• 80 g de azúcar
• una vaina de vainilla
• 2 huevos
• 100 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
• 260 g de harina
• 8 g (medio sobre) de polvos para hornear ("Back Pulver”)
• 3 manzanas
• azúcar glas para espolvorear

Con una batidora eléctrica batimos los huevos con el azúcar y las semillas de la vainilla raspada, hasta obtener una mezcla blanquecina. Agregamos la mantequilla sin dejar de batir. Luego vamos añadiendo poco a poco la harina tamizada y mezclada con los polvos de hornear, mezclando con una cuchara. Finalmente pelamos y descorazonamos las manzanas y las cortamos en cuadritos pequeños echándolos directamente a la masa (así no se oscurecen) y mezclamos todo bien. Con la ayuda de dos cucharas soperas formamos quenelles y las vamos colocando en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado. (No importa si no os salen perfectas o si la masa no cubre del todo a los trocitos de manzana, no os preocupéis por eso.) Horneamos en el horno precalentado a 200 grados (calor arriba-abajo) hasta que cojan un bonito color dorado. Esto en mi horno son unos 25 minutos pero depende de cada horno. A los 5 minutos de meterlos (cuando la masa ya no está pegajosa) se puede poner por encima papel de plata para que se hagan bien sin quemarse y se quita 5 minutos antes de terminar. Entonces sacamos la bandeja y cogiendo el papel de hornear los pasamos a una reja a enfriar. Espolvoreamos con azúcar glas. ¡Éxito seguro! ¡Que aproveche!

Esta receta la vi en L'Exquisit.


Anexo (12/09/2012): Ayer hice esos mismos pastelitos de melocotón (en vez de manzana) y al final los espolvoreé con azúcar glas a la lavanda. ¡Irresistibles!
(Azúcar glas a la lavanda: ponemos en un botecito 3 cucharitas de té de azúcar glas y una cucharita de flores de lavanda secas. Cerramos el bote y dejamos reposar un día. De vez en cuando lo agitamos.)