Ez a recept megtalálható magyarul itt.
La fideuá es un plato marinero originario de las costas de Comunidad Valenciana y muy popular en la gastronomía española que se elabora de forma parecida a la paella. Sus ingredientes principales son: pescado (pescado de roca, rape, sepia, calamar) y mariscos (moluscos, gambas, cigalas).
El invento de la fideuá fue en parte casual, en parte picaresco. Juan Bautista Pascual conocido como "Zábalo" era cocinero de un barco de pesca, y según él mismo ha relatado, el patrón era muy aficionado al arroz, por lo que al resto de marineros casi nunca les llegaba su ración de paella, el plato que normalmente preparaba. Tratando de buscar una solución al problema, Juan Bautista pensó en cambiar el arroz por los fideos para ver si al patrón le resultaba menos apetitoso. El invento no funcionó, pero la fama del plato se extendió por los restaurantes del puerto y poco a poco de la zona, consagrándose como un plato característico e imprescindible. Al igual que la paella, se hace en el recipiente también llamado paella o paellera, es decir en sartén ancha y plana, aunque se citan otras variantes tradicionales hechas en cazuela.
Gandía es la cuna de la fideuá, y en esta ciudad de la Safor se celebra anualmente un importante certamen-concurso donde los mejores cocineros deleitan con su elaboración. Pero vamos a la receta.
Ingredientes (para 2 personas):
• 1 jibia (sepia) de 400 g
• 1 cebolla mediana
• medio pimiento verde
• 1 tomate
• pimentón dulce
• pimienta recién molida
• sal
• medio vaso de vino blanco
• 1,5-2 vasos de agua (o caldo de pescado)
• 200 g de fideos
(Respecto a los fideos hay tantos gustos como colores. Hay fideos huecos, compactos, a unos les gustan más gruesos a otros más finos, es más, he probado ya fideuá hecha con fideos de cabello de ángel y también me gustó. Lo importante es, que sea un fideo corto.)
Modo de preparación:
Si compramos una jibia fresca primero tenemos que limpiarla. Los que no queréis complicaros la vida, podéis pedir en la pescadería que os la limpien. Pero no se os olvide pedir que no tiren la bolsa de la tinta.
A mí personalmente me gusta limpiar el pescado en casa porque: 1. así estoy segura que está desescamado y lavado a conciencia y 2. porque me gusta “estudiar” al pescado, a ver dónde tiene pinchos, si estaba desovando o no, a veces alguno todavía trae algún pececito o conchitas enteras en la tripa. En fin, me gusta tocar y sentir la materia a la que voy a cocinar. Pero volvamos a la jibia.
Con un cuchillo bien afilado, hacemos un corte por la parte superior del cuerpo, justo donde tiene el "hueso". Lo retiramos y si conocemos a alguien que tenga pajaritos, se lo regalamos ya que es una fuente increíble de calcio y es bueno para su pico.
A continuación retiramos las tripas junto con la cabeza con mucho cuidado de no romper la bolsa de tinta que anda por ahí escondida. Os aconsejo que tengáis mucho cuidado en este paso, pues la bolsa es un arma de destrucción masiva... Luego pelamos la jibia simplemente tirando de la piel que sale muy bien y sin hacer demasiada fuerza. Cortamos las patas de la cabeza y finalmente lavamos todo muy bien, la troceamos y dejamos escurrir antes de utilizarla.
Para empezar con la receta primero picamos la cebolla, el pimiento y el tomate pelado.
Ponemos aceite en la sartén y empezamos a sofreír la cebolla y el pimiento.
Mientras, ponemos la bolsita de tinta en un cuenco y con la ayuda del brazo del mortero la aplastamos. Añadimos un poco de agua y la disolvemos muy bien. Colamos y añadimos el resto de agua o caldo. Cuando la cebolla esté pochada añadimos el tomate y seguimos sofriendo hasta que se evapore el líquido.
Entonces incorporamos la jibia troceada. Le damos unas vueltas y esperamos a que suelte el agua que contiene.
Entonces añadimos el pimentón y la pimienta recién molida.
Mezclamos y agregamos el vino más el “líquido negro” y salamos. Dejamos que cueza unos 15-20 minutos y echamos los fideos.
No hace falta ni tapar, ni mezclar, sólo mover un poco la sartén de vez en cuando. Cuando vemos que haya absorbido gran parte del líquido, apartamos del fuego y tapamos unos 5 minutos. No debéis dejarla demasiado seca, ya que la fideuá debe quedar jugosa. Es muy típico también comer la fideuá con un poco de alioli en el plato. La tinta tiene un olor y un sabor intenso e inconfundible. Cualquier pasta o arroz que se cuece en ella se impregna de este sabor y es delicioso. ¡Que aproveche!
Esta receta la vi en el blog de "La cocina de lechuza".
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