Ez a recept megtalálható magyarul itt.
Os traigo otra variedad de saladitos que se hacen en mi país (Hungría). Son perfectos para acompañar una sopa o crema de verdura sustituyendo el pan, y si queda alguno para la cena o para el desayuno con un vaso de leche va que ni pintao’. Son perfectos para cuando tengamos invitados, suelen ser los primeros en desaparecer de la mesa, antes que cualquier dulce. Esta receta es muy antigua y conocida, por lo tanto no voy a descubrir nada nuevo. Pero da tan buenos resultados que la estoy guardando en un sobre (un “archivo vintage”) como un tesoro entre otras “hoyas” que he recopilado hace años (y durante años) en Hungría. Son recetas escritas a mano probadas y comprobadas por familiares, amigos, conocidos y por supuesto por mí. Pero os voy a contar como se hacen estos saladitos, antes de ponerme melancólica.
· 600 g de harina
· 300 g de patatas
· 150 g de mantequilla
· 30 g de levadura fresca de panadero
· 150 ml de leche + una cucharita de azúcar
· una cucharada de sal
· 1 huevo
Os traigo otra variedad de saladitos que se hacen en mi país (Hungría). Son perfectos para acompañar una sopa o crema de verdura sustituyendo el pan, y si queda alguno para la cena o para el desayuno con un vaso de leche va que ni pintao’. Son perfectos para cuando tengamos invitados, suelen ser los primeros en desaparecer de la mesa, antes que cualquier dulce. Esta receta es muy antigua y conocida, por lo tanto no voy a descubrir nada nuevo. Pero da tan buenos resultados que la estoy guardando en un sobre (un “archivo vintage”) como un tesoro entre otras “hoyas” que he recopilado hace años (y durante años) en Hungría. Son recetas escritas a mano probadas y comprobadas por familiares, amigos, conocidos y por supuesto por mí. Pero os voy a contar como se hacen estos saladitos, antes de ponerme melancólica.
Ingredientes:
· 600 g de harina
· 300 g de patatas
· 150 g de mantequilla
· 30 g de levadura fresca de panadero
· 150 ml de leche + una cucharita de azúcar
· una cucharada de sal
· 1 huevo
Primero pelamos y cortamos las patatas en trozos y
las ponemos a cocer en agua con sal. Cuando estén hechas, tiramos el agua,
echamos las papas en un bol, las machacamos con un tenedor y dejamos enfriar.
Ponemos la leche y el azúcar en un cacharro y la entibiamos. ¡Cuidado de no
calentarla demasiado! Deshacemos la levadura en la leche, tapamos y dejamos
fermentar (aprox. 10 minutos). Mientras, ponemos la harina tamizada en un bol,
echamos la sal, mezclamos y le añadimos las patatas frías, la leche con la
levadura fermentada y la yema de huevo (la clara la reservamos para el final).
Mezclamos bien todos estos ingredientes y a continuación los amasamos en una
superficie enharinada hasta conseguir que se haga una bola lisa no pegajosa. Entonces
estiramos la masa con un rodillo formando un cuadrado al cual untamos generosamente
con la mantequilla derretida (¡pero no caliente!) con la ayuda de una brocha.
Ahora vamos doblando la masa de la manera que se ve en las fotos.
Le damos la
vuelta, la tapamos con un paño limpio y la dejamos descansar 20 minutos.
Pasado este tiempo volvemos a estirarla y untarla nuevamente con mantequilla.
Otra vez a doblar, tapar y dejar descansar 20 minutos. Esta operación tenemos
que repetirla una vez más (3 veces en total). Cuando han pasado los últimos 20 minutos,
estiramos por última vez la masa procurando que tenga un grosor de 2
centímetros. Entonces cogemos una cuchilla o cuchillo bien afilado (yo utilizo
una cuchilla para esto) y hacemos unos cortes en la superficie de la masa en
forma de reja, apenas tocando la masa(!). Luego cogemos un molde redondo de 5
centímetros de diámetro (o un vaso) y vamos sacando círculos de la masa
poniéndolos en una bandeja forrada con papel de hornear, dejando espacio entre
ellos, teniendo en cuenta que van a crecer. El resto de masa que nos queda la
volvemos a amasar un poco, estirar, hacer los cortes, sacar círculos, hasta que
se nos acabe toda la masa. Entonces tapamos la bandeja (o bandejas) con un paño
y dejamos descansar media hora. Precalentamos el horno a 180 grados. Cuando
pasó la media hora, batimos ligeramente la clara de huevo y pintamos con ella la
parte de arriba de los saladitos, con cuidado, que no vaya chorreando por los
lados. Los metemos en el horno y horneamos hasta que tengan un color dorado
(aprox. 15 min.). Sacamos, dejamos enfriar y los devoramos. ¡Están buenísimos!
Hola niña.Vaya saladitos; y que pinta tienen .
ResponderEliminarEstoy segura de que sabran buenisimos; asi que con tu permiso, me copio la receta.
Besos
@imaginacion
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado la receta. Ya me contarás como te han salido. Aunque estoy segura que triunfarás con ellos. No fallan. :-)